“¡Y que digan que esto es misión!”


Tuvimos un compañero en Filipinas, el P. Alfonso Mateo, que trabajaba como misionero en un lugar muy pobre. Alguna vez teníamos alguna fiesta donde no faltaba buena comida, buen vino y compañerismo. Entonces le oíamos decir: “¡Y que digan que esto es misión!”