Un persona muy allegada a nuestro trabajo misionero—que quiere permanecer anónima—se sintió llamada a hacer algo muy concreto al ver las fotos de gente sufriendo en las guerras actuales, especialmente en Iraq y Siria. Ella es una empresaria en Hong Kong, un negocio de familia. Necesita trabajar con bancos para pedir créditos…. Y pagar grandes intereses para seguir con su trabajo. Está siempre en deuda con los bancos…
Me escribe:
Me siento muy triste al ver fotos desgarradoras de gente sufriendo. Pienso en cómo puedo ayudar… Una agencia me informa que a lo largo de los últimos 10 años he acumulado unos 40.000 dólares. Pienso en cómo debo usarlos: ¿Para pagar mi cuenta en el banco – o para salvar vidas?
No hay nada que pensar: salvar vidas es la prioridad.
Luego de tomar esta decision me siento con mucha paz. Comienzo a entender porqué Dios ha permitido que haya tenido en el pasado una experiencia cercana a la muerte y experimentar lo que es no tener esperanza y sertirme inútil. Quiero ayudar a devolver ‘esperanza y dignidad’ a esa pobre gente… “Señor, sálvalas… como me salvaste a mí”.