Estudiantes de instituto lanzan al aire a su profesor después de los exámenes de acceso a la universidad celebrados en China en Junio.
Era el fin de semana del gaokao, el examen anual de entrada a la universidad en China y probablemente el de mayor presión del mundo.
Un total de más de 9 millones de alumnos se presentaban en todo el país a estas pruebas, después de culminar los 12 años de estudios y dan acceso a 7 millones de plazas universitarias. Quienes obtengan la puntuación más alta podrán ingresar en los centros más prestigiosos —la Beida o la Tsinghua pequinesas, la Fudan de Shanghái...— y tener su futuro prácticamente garantizado en un mercado laboral cada vez más competitivo. Los que queden por debajo tendrán que conformarse con instituciones más mediocres, o ni siquiera conseguirán plaza alguna. Siendo en la inmensa mayoría casos hijos únicos, los alumnos se juegan en este examen el hacer realidad o frustrar las esperanzas de varias generaciones de familiares depositadas sobre sus jóvenes hombros.