“Estoy estudiando chino en una universidad en China continental. Los 16.000 estudiantes son mucho más jóvenes. Esto me ayuda a tomar muy en serio esta responsabilidad. China tiene muchos idiomas y dialectos, pero el idioma nacional es el Mandarín. Ya le he dedicado un año y medio al estudio del idioma, pero aun me queda mucho por aprender. Lo más interesante del idioma son los tonos. Todas las palabras tienen un tono determinado y la misma sílaba puede significar cosas muy distintas dependiendo del tono con que se dice, así la sílaba “ma” tiene 5 significados diferentes… y ¡le puedes llamar ‘caballo’ a tu mamá si no usas el tono correspondiente! Además el idioma chino está cargado de tradiciones y proverbios que salen a cada rato en la conversación y son muy difíciles de percibir para un extranjero. La cultura china está bien enlazada con su lenguaje”.
El P. Jijo seguirá estudiando un semestre más en la universidad ha hecho en 6 meses lo que otros estudiantes en un año. Quiere aprender a leer y escribir con los caracteres chinos…aunque sean los más comunes… no los 50.000 caracteres que tiene el idioma.
Católicos en China
Nuevamente el P. Jijo nos cuenta su experiencia:
“De vez en cuando me encuentro con un estudiante que lleva una cruz al cuello. Hace unos días encontré uno mientras viajaba en bus. Comencé una conversación y le pregunté porqué llevaba la cruz al cuello. Entonces me contó que era católico—él no sabía quién era yo. ¡Estaba buscando un sacerdote para que oficiase su matrimonio!
En otra ocasión visité una hermosa iglesia en la ciudad de Guangzhou (capital de la provincia de Guangdong… donde estamos nosotros). Un local adyacente a la iglesia estaba llena de ‘afro-americanos’—un grupo carismático. Y en la gran iglesia había un grupo coreano celebrando la Misa. ¡En China hay más católicos de lo que me imaginaba!
Catedral del Sagrado Corazón de Jesús en Guangzhou, China