LA BIBLIA EN CHINA: DE LECTURA SUBVERSIVA A PRODUCCIÓN EN MASA

El libro sagrado cristiano se imprime hoy de forma legal y en grandes cantidades bajo el control de Beijing (Pekín)

Recogemos del diario El Mundo (España) esta interesante nota de la cual somos parte.

Durante la Revolución Cultural, el castigo más leve para alguien que poseía una Biblia en China eran años de trabajos forzados. La única doctrina permitida era la que recogía el ubicuo Libro Rojo de Mao Zedong. Hoy, los textos sagrados ya no se queman como entonces: por obra y gracia de la santa globalización, se imprimen de forma legal y en masa, para creyentes de todo el mundo, bajo la atenta mirada de un régimen que se autodefine como comunista y ateo.
«El año pasado, imprimimos entre 200.000 y 300.000 ejemplares para su país», señala el gerente de la imprenta, Peter Dean, al mostrar un lote de pedidos para una editorial de jesuítas españoles. (Nota: Éstas son las biblias que imprimimos los Misioneros Claretianos en coedición con Mensajero de España: La Biblia de Nuestro Pueblo”).

Este neozelandés representa a la Unión de Sociedades Bíblicas, una organización protestante global cuyo objetivo, explica, «es hacer llegar la Palabra de Dios a todos los creyentes del mundo, en su idioma y a un precio asequible».

En tándem empresarial con una ONG de protestantes chinos, la Fundación Amity, su imprenta ha colocado en el mercado 50 millones de Biblias y Nuevos Testamentos a lo largo de dos décadas. Lo más irónico es que el 80% han ido a parar a manos de creyentes chinos, cuando hasta hace bien poco la escasez de ejemplares obligaba a colarlas en el país de forma ilegal. «Disponibles están, y te puedo asegurar que son exactamente iguales en su contenido a las que encontrarás en tu país», explica Dean.





El sonido de las imprentas subraya sus palabras. Bien por una mayor tolerancia en el marco oficial, o porque muchos chinos buscan fuera de éste el timón espiritual para navegar por su cambiante sociedad, China vive un fervor religioso. Oficialmente, sólo cerca del 10% es creyente, aunque otros cálculos triplican este número. Con entre 16 y 40 millones de protestantes, y más fieles que se suman cada día, Amity ha tenido que aumentar su capacidad de producción.
En un par de meses, Dean y sus 400 trabajadores se mudan a una enorme nave de 45.000 metros cuadrados, capaz de alojar a un Airbus, donde se imprimirán más de un millón de biblias al mes, una de cada cuatro que se lean en el mundo: desde la versión de bolsillo en mandarín para campesinos, forrada en plástico y a 9,5 yuanes (un euro), a un sólido volumen con cubiertas de cuero y estampados metálicos para las iglesias rusas. «Cada país tiene sus gustos», dice Dean con un ejemplar en swahili de coloridas tapas entre las manos.

Pekín recomienda a quienes visiten la capital durante la cita que «no traigan más de una Biblia», al fin y al cabo, tendrán a su disposición los ejemplares printed in China.

El pasado 29 de Diciembre estuvimos en la imprenta de Nanjing y su director, nuestro amigo el Sr. Li Chunnong, nos llevó a conocer la nueva planta que se inaugurará oficialmente el 18 de Mayo de este año.