Fidel ya puede morir tranquilo. Ni a Churchill le hubiera salido real la ironía.
Esto fue en el año de 1961.
“¿Crees
que alguna vez restableceremos relaciones diplomáticas con los
yankees?”, le preguntaba el joven Che Guevara a Fidel Castro en 1961.
“Será el día en el que el presidente de los Estados Unidos sea negro y el Papa argentino como tú”.