Nuestros amigos de email

Muchos aun nos comunicamos por medio del email. Quizás, para algunos, sea la única forma de hacerlo. No es un simple “Me gusta” – “No me gusta”.

Un amigo me escribe un email que quiero compartirlo con ustedes—no se lo pierdan:
Me cuesta terminar el año, sin compartir algo escrito con mis incondicionales amistades de los mails.
Ha sido un año de mucho intercambio; correos curiosos, paisajes alucinantes, viajes a lugares desbordantes de naturaleza y colores; reflexiones profundas; chistes muy buenos que ayudan a ponerle humor y bienestar a la vida; y tantos mails más que revalidan a diario lo extraordinario que es este medio que nos une, acorta distancias, supera silencios, retroalimenta afectos y en definitiva hace que lo virtual se transforme mágicamente en real.
Sin disimular, nuestros correos también fueron vehículos de dolor por nuestro país. Un 2014 marcado con azotes de intolerancias; con desmanejos mezquinos de poder y autoritarismo. Creo que nos paso a casi todos, que la indignación, la vergüenza y la impotencia, nos arrinconó en un proceso de mutismo y espera. La ruptura de códigos mínimos de convivencia, debilitaron nuestro orgullo de nación supuestamente plural y democrática. La obsecuencia de adolescentes aplaudidores (y adolescentes no por la edad, sino por adolecer de principios, de moralidad, de dignidad), terminaron armando esta parodia mezquina, detentando títulos por usurpación y desplegando negocios con cálculos de impunidad.
Por todo esto, el estado de ánimo con el que vamos terminando el 2014, está cubierto de nubes que dificultan el paso limpio de la luz y la aurora.
Allá lejos, por el año 400, San Agustín describía este momento:
“En una fortaleza sitiada, toda disidencia es traición”. Entre esas murallas,  nos toca quitar la última hoja del calendario.
Igual  siento que no puedo renunciar a la esperanza de un país mejor. Mientras tanto, deposito para esta causa, la convicción de que la revolución posible y duradera, es la que se nos presenta a cada uno, en su espacio nocturno, cuando nuestra conciencia descansa sobre la almohada. Allí maduran y se ordenan los sueños, nuestros siguientes propósitos para cada día. Allí se planifican las pequeñas batallas, que sumándose silenciosas a muchas otras, dan sin darnos cuenta, el resultado de un mundo mejor.
Habrá que ponerse al servicio del tiempo y las oportunidades. Habrá que salir al cruce de ese prójimo, de quien soy yo, su expectativa y espera.
Fue duro este año decirnos que en “relatos salvajes” algún rasgo nuestro estaba representado en esa película.
Desde otra perspectiva de acontecimientos sucedidos, encontramos la contracara testimonial de la no violencia, del poder ejercido como servicio, del testimonio extraordinario de un Francisco que sacudió estanterías, mentes, clericalismos. Nunca pensé que iba a asistir a semejante tsunami eclesial. Pero la prueba es palpable: las transformaciones verdaderas no se predican, se hacen con la vida. Cuando Bergoglio, al comenzar su gestión como Francisco, manifestó frente a tremendo cargo: - "no me la creo", puso en evidencia, con esa expresión doméstica, que su misión iba a ser la de un servicio auténtico y verdadero, despojado de prebendas y vanaglorias. Más allá de la fe de cada uno, un testimonio que ensalza la condición humana y le da brillo.
No voy a ser larguero, aunque ya me fuí bastante..... pero  el propósito fundamental de estas líneas era el de poder escribir arriba tu nombre. Encabezarlas, pensando en vos al teclear cada letra, sintiendo de alguna manera que te he podido traer con la imaginación para darte un fuerte abrazo.
En esto, siento así, simplemente que el objetivo ha sido cumplido.
En lo demás, es poder “desearte el bien”; porque toda bendición supone nada más y todo eso: querer lo mejor para el otro.
Ojalá podamos en estos días de ruidos y regalos, escondernos desapercibidamente en algún refugio, para encontrarnos con nuestra intimidad. Allí respirar profundo; redescubrir el susurro reparador del silencio; él sólo se escucha, ante la capacidad disponible de callarse.
Pacificando nuestro interior, será una Navidad distinta.
La esperanza, que no es fácil, y que requiere de mucho arte y creatividad, nos espera a la vuelta de este año que se va.
Que el 2015 sea aún más compartido que este año, al que ya juntos le decimos "adiós".
Un abrazo sentido !!!!