Bienvenidos a nuestro blog de Mayo 2013

Misión en Yunnan
Provincia de Yunnan
Siguiendo el estilo de nuestro papa Francisco, sacerdotes del norte de China organizan una misión a 3200 kilómetros en la Provincia de Yunan, para asistir al grupo étnico de los Miao. Los Miao son un grupo étnico internacional que viven principalmente en las zonas montañosas del sudoeste de China. Es una de las nacionalidades reconocidas de forma oficial. Otros viven en Vietnam y en Tailandia.

Nuestro amigo y colaborador, el P. Pedro Wei, es un sacerdote que lleva el espíritu misionero muy en el corazón. Estudió Biblia en Salamanca (España) y ahora trabaja en Mongolia Interior, una Provincia al norte de China. Es además nuestro colaborador y traductor cuando el tiempo se lo permite (del español al chino). Él y otros dos sacerdotes que estudiaron en España están traduciendo al chino le libro del papa Francisco: “Mente Abierta – Corazón Creyente” que estará listo en un par de meses.


Algunos datos sobre Yunnan:

La Provincia de Yunan tiene más de 40 millones de habitantes. Su territorio ocupa una superficie de 394.100 km², que para efectos comparativos es similar a la de Paraguay. Está situada al sur del país y tiene pasos fronterizos con Tíbet, Laos, Myanmar y Vietnam.

El emperador Qin Shi Huang incluyó a Yunnan en la China unificada en el año 221 a.C. La dinastía Han la promocionó como centro comercial con Myanmar (Antigua Birmania) y la India. Durante los siglos XVIII y XIX se produjeron diversos levantamientos de las minorías que veían amenazadas sus costumbres por la gran inmigración de colonos chinos.

Su geografía es muy variada: montañosa en la zona fronteriza con el Tíbet y con grandes valles en las tierras bajas. El punto más alto de la provincia es el pico Kagebo de 6.740 metros de altitud mientras que el más bajo se sitúa en el valle del río Honghe a una altitud de 76,4 metros sobre el nivel del mar.

Su población está formada por más de 20 etnias diferentes, entre las que destacan los miao, bai, yi y hani. Cada uno de estos grupos está formado como mínimo por 8.000 personas. Algunas de estas minorías viven en comunidades propias, cada una de ellas con más de 5.000 habitantes.

Los puntos fuertes de la economía de Yunnan son las industrias del tabaco, la minería y el turismo. La provincia tiene yacimientos de más de 150 minerales diferentes. Es la mayor extractora de zinc, indio, titanio y cadmio de toda la República Popular.

Los miao son un grupo étnico internacional que viven principalmente en las zonas montañosas del sudoeste de China. Es una de las nacionalidades reconocidas de forma oficial. Otros viven en Vietnam y en Tailandia.

El P. Wei nos cuenta su experiencia misionera:
 Gracias D. Alberto por el interés que has mostrado por los católicos de Miao e Yi. Realmente son testigos vivos de la fe. Van algunas líneas sobre la experiencia que he tenido en esa tierra remota:
     Hace tres años empecé a visitar a los católicos de las etnias Miao e Yi de la provincia de Yunan, zona fronteriza con Vietnam, viven en unas condiciones de extrema pobreza apenas cumplen las mínimas condiciones para sobrevivir sin ninguna asistencia y seguridad social, esta zona fue evangelizada por los misioneros extranjeros de Paris, y que en algunos zonas no tienen curas pastorales desde hace mas de 40 años, pero siguen manteniendo la fe católica a través de transmisiones familiares, con los rezos tradicionales. Al llegar allí, nos sorprenden tanto sus condiciones de vida, y sobre todo sus fervores religiosos de la fe católica, muchos jóvenes no saben que hacen los sacerdotes, fueron bautizados por sus padres, y saben rezar algunas oraciones tradicionales, saben sus nombres cristianos, pero no saben que son las misas, ni tampoco los contenidos fundamentales de catequesis, pero saben que son católicos. Aun en esas condiciones pueden vivir con gratitud y se ven en su vida una verdadera actitud de fe, de esperanza y de caridad, saben compartir con los necesitados.....
personalmente cada vez que piso esta tierra es una purificación y asunción de nuestra experiencia religiosa sorprendente pero que da vida.
un abrazo de Pedro Wei