Nuevamente te invitamos a participar en nuestra misión en China

Aquí está nuestro noticiero de Mayo, 2008


El corazón de China, herido


Escribe el Claretiano P. Francisco Carín

(Texto abreviado de ciudadredonda.org)

El 12 de mayo, lunes, a las 14:28 de la tarde la tierra del corazón de China -Sichuan- desató una energía equivalente a más de 250 bombas atómicas en unos minutos. Yo me encontraba entonces en Beijing en el metro, y no lo sentí. Los terremotos son a las catástrofes naturales lo que los accidentes aéreos a los viajes: despiertan en nosotros el más básico instinto de indefensión e impotencia. Muchas más personas mueren en otros tipos de accidentes, pero en los accidentes aéreos –y los vuelos en avión– nos sentimos puros sujetos pasivos y desamparados en manos del sino, karma o destino. Ilusamente creemos que en un barco, tren, coche… algo podríamos hacer para salvarnos –correr, saltar, nadar… y eso nos “tranquiliza”. Algo semejante sucede con los terremotos; la impotencia que se siente al ver que ni siquiera te puedes mantener de pie, que estas a merced de que la casa aguante o no y lo imprevisible –llega sin que lo podamos prevenir y siempre en el momento más inesperado– despierta en nosotros un instinto básico de terror y temor.Eran las dos y media de la tarde en Sichuan, en una primavera que se recordará por décadas; el tiempo había cambiado hace poco y llovía ligeramente, con la humedad característica de la zona. Las escuelas se abarrotaban con chavales que estaban en sus últimas clases de la tarde. De repente nada volvió a ser lo que era para mucha gente. La sacudida fue tremenda y pueblos enteros desparecieron entre escombros. En algunas zonas cercanas al epicentro, de una población de 10000 habitantes han sobrevivido algo más de 2000; en general, las escuelas están entre los edificios más dañados, así como los hospitales… ¿por qué? Se empiezan a preguntar algunos ante el dolor… ¿por qué no se cayeron los edificios gubernamentales? Inquieren otros.La Iglesia Católica en Sichuan ha sufrido también el golpe. Algunas Iglesias han quedado completamente destruidas y entre los muertos y desparecidos se encuentran también católicos. La Iglesia Católica en China está formada mayoritariamente por gente de extracción sencilla y de escasos recursos económicos. No obstante, como toda China, la Iglesia enseguida se ha puesto en marcha para ayudar recaudando fondos y ofreciendo víveres y apoyo espiritual y psicológico a familiares y afectados. Cerca de 100 millones de personas viviendo en un territorio del tamaño de España… si añadimos que la mayoría vive en las planicies de la zona este (1/3 del terreno total) y que el terremoto se produjo justo en el borde entre las montañas la planicie, podemos apreciar lo crítico de la situación. El camino hasta recuperarnos –especialmente en las pérdidas humanas– va a ser largo. Muchas familias han visto morir al hijo/a único debido a la política, en cierto modo necesaria, del control de natalidad. Para mucha gente no es sólo un terremoto del hoy, sino también del mañana…2008 iba a ser el año de gracia de China, recordado en la historia por la celebración de los Juegos Olímpicos de Verano, un encuentro masivo de atletas internacionales que promueve el intercambio cultural, social y humano en un mundo cada vez más interconectado y más pequeño. Unas Olimpíadas que se han preparado a conciencia, sin escatimar, con generosidad, escaparate de una nueva China que aún está por nacer. Sin embargo el año 2008 se ha revelado como una prueba de fuego para China y para el resto del planeta. Seguramente discrepemos de las posiciones políticas del gobierno chino y seamos críticos de sus actuaciones en detrimento de los derechos humanos, la censura… esto mismo también lo piensan muchos ciudadanos chinos, pero en tiempos de desgracia lo que importa es saber arrimar el hombro para ayudar, dejar que otros reposen y lloren en él y compartir lo poco que se tiene.Me imagino que en muchos lugares del mundo se están recaudando fondos para las víctimas, demos con generosidad y mostremos nuestra solidaridad con el pueblo Chino. Ya llegara el tiempo de reivindicar (otra forma de mostrar solidaridad) cuando las aguas se calmen y los corazones se sosieguen.