China: la primera ordenación episcopal de 2012 con la aprobación del Papa

Un momento de la ceremonia

La ordenación de un nuevo obispo en China con la aprobación de Roma y de Beijing representa la evolución positiva de las relaciones entre China y el Vaticano

Seis obispos ordenaron a Joseph Chen Gong'ao el 19 de abril por la mañana como nuevo obispo de la diócesis de Nanchong, en la provincia de Sichuan, en el sudoeste de China.
 Nachong, Provincia de Sichuan, China

Esta es la primera ordenación de un obispo de la Iglesia Católica en la China continental celebrada en 2012. La ordenación tuvo lugar con la aprobación de Roma y de Beijing como la última celebrada en noviembre de 2011. Un acontecimiento que está siendo interpretado como una evolución positiva de las relaciones entre China y el Vaticano en un momento particularmente delicado de la historia del país más poblado del mundo. El obispo de Tangshan Peter Fang Jianping presidió la ceremonia en la Catedral del Sagrado corazón de la ciudad de Nanchong, a la cual asistieron 800 personas y 87 sacerdotes, muchos de ellos de otras provincias. Algunos cientos de personas más que no pudieron entrar en la Catedral vieron la ceremonia en una pantalla televisiva de circuito cerrado situada cerca de la Catedral, según refiere UCA News.
Entrevistado por UCA News, el obispo Sehen ha declarado que su prioridad principal es mejorar la calidad de los sacerdotes, seminaristas y religiosas de la diócesis "de  modo que el trabajo de evangelización pueda ser desarrollado de una manera más sistemática".  También tiene previsto organizar la formación de los laicos, especialmente los catequistas.
La diócesis finalmente ha conseguido tener un obispo después de 8 años, pero todavía actualmente en torno a 40 diócesis de China continental no tienen obispo. La selección de candidatos para ocupar estas sedes es un asunto que preocupa bastante a la Santa Sede, que espera que las autoridades Chinas puedan estar de acuerdo en el nombramiento de candidatos que ambas partes puedan aceptar, como ha sucedido en Yibin  y Nanchong, asegurando de este modo la armonía para la Iglesia de China y de las relaciones entre China y el Vaticano.